Viajar a Estonia
La posición estratégica de Estonia entre el este y el oeste ha sido codiciada a lo largo de los siglos: los daneses, los caballeros teutónicos, los suecos, los alemanes, los polacos y los rusos han sidos todos en posesión de Estonia. Con cuatro ciudades de la Hansa (Tallin, Tartu, Pärnu y Viljandi), el país fue uno de los primeros centros de comercio de Europa en el período medieval. El país experimentó un período de independencia desde 1918 hasta su anexión por la Unión Soviética en 1940. Sólo obtuvo definitivamente su independencia en 1991 con la caída del régimen soviético.
Si usted se pregunta, qué ver en Estonia le presentamos los sitios mayores del turismo en Estonia
El punto de partida de cada viaje a Estonia es la visita de su capital Tallin. Tiene el casco antiguo medieval mejor conservado de Europa del Norte. Deambule por sus calles para sentir la atmósfera de esta ciudad y terminar su visita en uno de esos restaurantes que han adoptado el tema medieval.
Este tema también se utiliza en los eventos durante los días de la ciudad vieja de Tallin o en los días hanseáticos de Tartu.
No muy lejos de Tallin, se situa el museo etnográfico al aire libre Rocca Al Mare, dónde se expone de arquitectura rural de los siglos XVIII y XIX. Descubra el folclor de Estonia y paseando por este parque cubierto de bosques.
A unos 40Km al este de Tallin se encuentra El Parque Nacional de Lahemaa, dónde magníficos paisajes variados se sumarán a sus recuerdos de su visita a Estonia. También puede visitar el manor de Palmse, el museo marítimo ubicado en el cuartel de la guardia costera Soviética en Kasmu y el pueblo pesquero de Altja.
Tartu es la segunda ciudad más grande y antigua en Estonia. Es especialmente conocida por su universidad, una de las más antiguas de Europa.
Si quiere unas vacaciones en Estonia, en las playas del Mar Báltico, puede ir a Pärnu el balneario más importante de Estonia.
Tome la oportunidad de descubrir la naturaleza salvaje de las islas, sobre todo la de Saaremaa con el castillo de Kuressaare, uno de los más antiguos de la región. Los molinos de viento presentes en esta isla añaden un encanto al paisaje. En Kuuresaare, también se puede disfrutar de atención terapéuticos y relajantes en uno de los centros spa.
Viajar a Estonia es particularmente sorprendente durante las noches blancas del solsticio de verano. El casco antiguo de Tallin es aún más mágico durante esas largas noches.
Estonia solo desea ser explorada. ¿Por qué no hacer el intento?